Tú solo defiendes lo que dicen que es nuestro.
El aire asfixia.
El frío mutila las extremidades y las condena con gangrena de soledad y olvido.
Las voces callan y sólo se escucha el rumor metálico a lo lejos.
Roban tus sueños y despiertas en el lodo viscoso de la indiferencia y navegas en aguas que más tarde serán tu tumba.
Embargan tu juventud con credenciales de heroísmo
y terminas sepultado con los ojos hacia el sur.
La ceguera y su egoísmo contaminan la razón y la conciencia.
Se borra de tu mirada el horizonte tan preciado
y se van llenando de sombras tus pupilas.
Las nubes cargan lágrimas de derrota
y lloran a tu lado los recuerdos que cortan la piel como balas.
Muchos ya partieron con la mueca absurda del desconcierto.
Muchos ya se han ido aunque vacíos de vidas y de aliento.
Muchos también se irán aunque vacíos de días y de todo.
Y tú solo defiendes lo que dicen que es nuestro.
Esto lo escribí hace justamente un año en memoria a los caidos en Malvinas, y fue uno de los primeros post que inauguraron este blog.
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