
Un espacio donde se pudo disfrutar de una muy buena atención, degustar algunas empanadas, y por supuesto de unos cuantos ferneces.
Desde lo alto del balcón con el que contó el VIP se pudo observar fácilmente la doma y todo el espectáculo que brindo un predio a pleno.
Para los que escaparon al frío y la lluvia, el lugar contaba con dos pantallas LCD para seguir a cada instante el festival.
Finalmente la lluvia le dio cierre a la que fue una muy-buena-manera de conocer el Festival de Jesús María.

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